Soberana Orden Militar Española de los
Caballeros Templarios
Templo de Jerusalen
El
Templo
de
Jerusalén
(hebreo:
בית
המקדש,
Beit
Hamikdash)
o
el
Templo
de
Salomón
fue
el
santuario
principal
del
pueblo
de
Israel
y
contenía
en
su
interior
el
Arca
de
la
Alianza,
el
altar
de
oro,
los
candeleros
de
oro,
y
la
mesa
de
los
panes
de
la
proposición
y
demás
utensilios
empleados
para
llevar
a
cabo
el
culto
hebraico
dedicado a Dios en tiempos de la Edad Antigua.1 2
Se
localizaba
en
la
explanada
del
monte
Moriá,
en
la
ciudad
de
Jerusalén,
donde
se ubican en la actualidad la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa.
El
Primer
Templo
fue
construido
por
el
rey
Salomón
para
sustituir
al
Tabernáculo
como
único
centro
de
culto
para
el
pueblo
judío.
Al
construirse
se
consumó
la
ruptura
con
la
tradición
del
desierto
que
mantenía
que
Yahvéh
debía
morar
en
una
tienda
o
un
tabernáculo
y
no
en
una
casa
de
cedro
(S.2,7,1-7).3
Fue
saqueado
por
el
faraón
Sisac
(Sheshonq
I)
en
925
a.
C.
y
destruido
por
los
babilonios
durante
el
tercer asedio de Nabucodonosor II a Jerusalén en 587 a. C.
El
Segundo
Templo,
mucho
más
modesto,
fue
completado
por
Zorobabel
en
515
a.
C.
(durante
el
reinado
del
persa
Darío
I)
y
seguidamente
consagrado.
Tras
las
incursiones
paganas
de
los
seleúcidas,
fue
vuelto
a
consagrar
por
Judas
Macabeo
en
165
a.
C.4
Reconstruido
y
ampliado
por
Herodes,
el
Templo
fue
a
su
vez
destruido
por
las
tropas
romanas
al
mando
de
Tito
en
el
año
70,
en
el
Sitio
de
Jerusalén,
durante
la
primera
guerra
judía.
Su
principal
vestigio
es
el
Muro
de
las
Lamentaciones, también conocido como Kotel o Muro Occidental.5
La
escatología
hebrea
establece
que
el
Tercer
Templo
de
Jerusalén
será
reconstruido con el advenimiento del mesías del judaísmo
El primer templo
Reconstrucción informática del Templo de Salomón (2010).
Reconstrucción
de
los
recintos
del
Templo
de
Salomón.
De
derecha
a
izquierda:
Vestíbulo
(blanco),
Santo
(verde
claro),
Santo
de
los
Santos
(rosado).
Encyclopaedia
Biblica, 1903.
Sección longitudinal del Templo de Salomón.
Fragmento
de
vidrio
con
el
Templo
de
Salomón,
siglo
III.
Nótense
los
dos
pilares
exentos. Encyclopaedia Biblica, 1903.
El
Primer
Templo
de
Jerusalén
fue
construido
por
el
rey
Salomón
hijo
de
el
rey
David
alrededor
del
año
960
a.
C.
y
funcionó
como
santuario
principal
de
los
israelitas.
Estaba
situado
en
la
explanada
del
monte
Moriá,
en
la
ciudad
de
Jerusalén,
donde
se
ubican hoy el Muro de los Lamentos, la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al-Aqsa.
Según
la
Biblia,
la
construcción
del
Templo
de
Salomón
se
realizó
en
el
siglo
X
a.
C.,
para
sustituir
el
Tabernáculo
que,
desde
el
Éxodo
y
durante
siglos,
era
utilizado
como
lugar
de
reunión
y
para
rendirle
culto
a
Dios.
El
Tabernáculo
preservaba
el
Arca,
que
fue
luego
traída
a
Jerusalén
por
el
rey
David
y
depositada
en
el
monte
Moriá,
sobre
una plataforma de aproximadamente 40 por 100 metros.
El
Templo
propiamente
dicho,
según
la
descripción
de
la
Biblia,
era
un
edificio
orientado
sobre
un
eje
longitudinal
en
dirección
Este-Oeste.
El
edificio
debió
tener
una
longitud
interior
de
aproximadamente
27
metros,
9
metros
de
ancho
y
una
altura
de
también
13,5
metros
(60×20×30
codos).
Sus
dimensiones,
por
tanto,
eran
comparables
a
las
de
una
capilla,
mas
el
culto
por
lo
general
se
llevaba
a
cabo
desde
su
exterior.
A
ambos
lados
de
la
entrada
del
templo
fueron
erigidas
dos
columnas,
llamadas
Jaquín
y
Boaz.
Los
sacerdotes
y
el
rey
entraban
en
el
Templo
a
través
de
una
gran
puerta
enchapada
en
oro,
de
aproximadamente
10
metros
de
alto
y
4
de
ancho. Tras esa puerta se encontraban tres recintos.
Un
vestíbulo
era
seguido
por
otros
dos
recintos.
El
primero
de
esos
recintos
era
denominado
Hejal
o
Santo
(es
decir,
Lugar
Santo
o
Santuario),
que
era
iluminado
a
través
de
ventanas
altas.
La
anchura
y
longitud
de
esta
estancia
guardaba
una
proporción
de
1:2,
lo
que
significa
que
la
planta
del
Hejal
estaba
compuesta
por
un
doble
cuadrado.
El
forjado
de
piedra
se
encontraba
cubierto
por
un
solado
de
madera
de
cedro.
Las
paredes
y
vigas
del
forjado
del
Hejal
estaban
recubiertas
por
láminas
de
cedro libanés.
La
tercera
cámara,
denominada
Dvir
o
Kodesh
Ha-Kodashím
era
el
lugar
más
sagrado
del
Templo
de
Salomón.
En
latín
se
la
conoce
como
Sancta
Sactorum
y
en
español
como
"Santo
de
los
Santos".
Este
último
recinto
se
encontraba
a
un
nivel
más
alto
que
el
Hejal
y
solo
podía
accederse
a
él
subiendo
una
escalera.
El
Dvir
tenía
la
forma
de
un
cubo
de
aproximadamente
10×10×10
metros
(20×20×20
codos).
En
su
centro
se
encontraba
el
Arca
de
la
Alianza
(gran
arcón
hecho
de
madera
de
acacia,
cubierta
con
planchas
de
oro
y
con
cuatro
anillas
a
las
esquinas
en
las
que
eventualmente
se
ponían
varas
para
transportarla;
dentro
del
Arca
se
preservaban
las
Tablas
de
la
Ley,
entregadas
por
Dios
a
Moisés,
y
las
Tablas
a
su
vez
llevaban
grabados
los
Diez
Mandamientos, sirviendo de conexión entre Dios e Israel).6
El
patio
interior
del
Templo
era
rodeado
por
un
muro
formado
por
tres
capas
de
bloques
de
piedra
cubiertas
por
vigas
de
madera
de
cedro.
En
este
patio
interior
podían
entrar
los
peregrinos
y
las
masas
de
fieles,
pero
el
Santuario
del
Templo
solo
era accesible a los sacerdotes y el monarca de turno.
La
construcción
del
Templo
de
Jerusalén
fue
el
evento
más
importante
del
reinado
de
Salomón,
gracias
al
cual
su
nombre
se
ha
recordado
hasta
30
siglos
después
de
su
muerte.
Ya
en
la
Biblia
el
Templo
acapara
la
mayoría
de
los
escritos
donde
aparece
el
rey
Salomón.
Su
fama
ha
trascendido
los
tiempos
y,
como
edificio
ideal
concebido
por
Dios,
constituye
hasta
hoy
un
importante
referente
y
fuente
de
inspiración
en
materia
proyectual y arquitectónica.7
Tras
la
muerte
de
Salomón,
el
templo
sufrió
profanaciones
debido
a
invasiones
extranjeras
y
también
a
la
introducción
de
deidades
sirio-fenicias.
Con
todo,
fue
rededicado bajo sus condiciones originales durante los reinados de Ezequías y Josías.
Destrucción del Primer Templo
Inscripción incisa en el único vestigio que sobrevivió.
Las
tropas
del
rey
babilónico
Nabucodonosor
II
lo
destruyeron
en
586
a.
C.,
llevando
además
cautiva
a
una
gran
parte
de
los
habitantes del Reino de Judá a Mesopotamia, cosa que dio lugar al exilio y cautiverio de los hebreos en Babilonia.14
Del
Templo
de
Salomón
solo
sobrevivió
un
pequeño
objeto
de
gran
valor
simbólico,
tratáse
de
una
granada
de
marfil
del
tamaño
de
un
pulgar
(enlace
roto
disponible
en
Internet
Archive;
véase
el
historial
y
la
última
versión).,
sumamente
estilizada
y
con
inscripciones
en
caracteres
paleohebreos:
iconográficamente,
las
granadas
(rimonim
en
hebreo)
se
presentan
en
las
culturas
de
la
Antigüedad
como
símbolos
de
fertilidad
y
esperanza,15
estando
ellas
ya
presentes
en
Jaquín
y
Boaz,
las
dos
columnas
externas
emplazadas
delante
del
Templo
de
Salomón;16
la
inscripción
incisa
en
la
granada
de
marfil
(enlace
roto
disponible
en
Internet
Archive;
véase
el
historial
y
la
última
versión).
por
otra
parte
indica
claramente
que
se
trata
de
un
objeto
"[Perteneciente] al Templo of [Yahvé]h, consagrado a los sacerdotes".17
El
Museo
de
Israel
en
2011
retiró
de
la
exhibición
la
granada,
un
objeto
ciertamente
de
la
Edad
de
Bronce
tardía,
pero
no
así
la
inscripción, que se sospecha es una falsificación reciente, aunque no haya pruebas de la culpabilidad de quien vendió la pie
El Segundo Templo
Plano general del Templo de Jerusalén.
Reconstrucción de Zorobabel
Luego
del
retorno
del
cautiverio
y
con
el
liderazgo
de
Zorobabel
se
hicieron
los
arreglos
necesarios
para
reorganizar
el
desolado
Reino
de
Judá
y
reconstruir
su
Templo,
desaparecido
para
ese
entonces
hacía
ya
siete
décadas.
El
grupo
recién
llegado
constaba
de
42.360
personas
judías,
incluyendo
niños,
junto
a
sus
7.337
sirvientes
y
200
músicos
(Esdras
2:65).
Había
completado
el
largo
y
lúgubre
retorno
a
casa
desde
las
riberas
del
Éufrates
hasta
Jerusalén.
Dicha
gente
estaba
animada
por
un
fuerte
impulso
religioso
y
una
de
sus
primeras
preocupaciones
fue
restaurar
su
antigua
casa
de
adoración,
reconstruyendo
el
Templo y restituyendo sus rituales.
Junto
con
la
invitación
de
Zorobabel,
el
gobernador
mostró
un
noble
gesto
al
contribuir
con
1.000
dáricos
de
oro
y
otros
tantos
regalos.
La
gente
aportó
además
su
parte
al
tesoro
sagrado
y
lo
hizo
con
gran
entusiasmo
(Esdras
2).
Primero
se
levantó
y
dedicó
el
altar
de
Dios
en
el
punto
exacto
donde
se
encontraba
su
predecesor.
Luego
se
limpiaron
los
escombros
carbonizados
que
se
hallaban
en
lo
que
había
sido
el
sitio
de
Primer
Templo.
Finalmente,
en
el
segundo
mes
del
segundo
año
(535
a.
C.),
y
ante
la
emoción
y
el
júbilo
del
público
allí
congregado
(Libro
de
los
Salmos
116-118),
se
pusieron
los
cimientos
del
Segundo
Templo. Este acto tuvo importancia para el pueblo hebreo, dando además lugar a no pocos recuerdos (Zacarías 4:10).
De la oferta samaritana a la culminación de los trabajos
Los
samaritanos
hicieron
una
propuesta
de
colaboración
en
los
trabajos.
Mas
Zorobabel
junto
con
el
consejo
de
ancianos
declinaron
a
la
oferta
ya
que
entendían
que
Judea
debía
construir
el
Templo
sin
ayuda
externa.
Como
consecuencia
de
ello,
informes
malintencionados
fueron
difundidos
acerca
de
los
judíos;
de
acuerdo
con
Esdras
4:5,
los
samaritanos
buscaban
frustrar
el
propósito
de
construir
el
Templo
y
enviaron
mensajeros
a
Ecbatana
y
Susa,
lo
que
ocasionó
que
los
trabajos
de
reconstrucción fueran retardados y eventualmente suspendidos.
Siete
años
después
de
este
episodio,
Ciro
el
Grande,
quien
había
permitido
y
ordenado
la
reconstrucción
del
Templo,
murió
y
fue
sucedido
por
su
hijo
Cambises.
Luego
Esmerdis
ocupó
el
trono
por
cerca
de
siete
u
ocho
meses.
Por
último
ascendió
Darío
I
(521
a.
C.)
y,
en
el
segundo
año
de
su
reinado,
se
retomaron
los
trabajos
de
reconstrucción
del
Templo
y
hasta
su
finalización.
Ello
se
desarrolló
a
partir
del
estímulo,
los
consejos
y
las
premoniciones
de
los
profetas
Hageo
y
Zacarías.
En
la
primavera
de
516
a
.C.,
veinte
años
después
del
retorno
desde
el
cautiverio
en
Mesopotamia,
el
Templo
estaba
listo
para
su
consagración.
Según
el
(Libro
de
Esdras
(6:15),
el
Templo
fue
terminado
por
completo
el
tercer
día
del
mes
de
Adar,
en
el
sexto
año
del
reinado de Darío I.
Renovación de Herodes
Piedra del Segundo Templo de Jerusalén con inscripción en hebreo: "Hacia el lugar donde suenan las trompetas".
El candelabro de los siete brazos figura entre los expolios del Templo de Jerusalén. Relieve del Arco de Tito, Roma.
El
Kotel
es
uno
de
los
pocos
vestigios
arquitectónicos
del
Templo
de
Jerusalén.
Los
grandes
bloques
visibles
en
esta
fotografía
se remontan a la Antigüedad.18
Muro
de
las
Lamentaciones,
parte
del
muro
de
contención
de
la
explanada
del
Templo
venerado
debido
a
su
relación
con
la
presencia divina (Shejiná).
Alrededor
del
19
a.
C.,
el
rey
Herodes
el
Grande
comenzó
una
masiva
renovación
y
expansión
del
Templo.
Este
fue
prácticamente
demolido
y
se
construyó
uno
nuevo
en
su
lugar.
La
nueva
estructura
es
referida
algunas
veces
como
el
Templo
de
Herodes,
pero
generalmente
se
lo
siguió
llamando
Segundo
Templo.
Los
rituales
de
sacrificios
fueron
retomados
en
él.
La
superficie ocupada por el nuevo edificio ocupaba una explanada de 500 metros de largo por 300 metros de ancho.
El
25
de
septiembre
de
2007,
el
arqueólogo
Yuval
Baruch,
junto
con
la
Autoridad
de
Antigüedades
de
Israel,
anunciaron
el
descubrimiento
de
una
de
las
canteras
que
proporcionaron
a
Herodes
las
piedras
para
el
Templo.
En
dicha
cantera
fueron
encontradas
monedas,
piezas
de
alfarería
y
postes
de
hierro,
los
que
son
datados
hacia
19
a.
C..
Otro
arqueólogo,
Ehud
Nesher,
confirmó
que
los
contornos
largos
de
las
rocas
evidencian
que
se
trató
de
un
proyecto
público
masivo
en
el
que
probablemente trabajaron cientos de esclavos.
Características del Segundo Templo
En
el
Segundo
Templo
no
estaban
el
Arca
de
la
Alianza,
ni
su
contenido
que
comprendía
las
Tablas
de
la
Ley
y
la
medida
de
maná,
los
Urim
y
el
Thumim,
la
serpiente
de
bronce
(destruida
por
Ezequías
ya
en
el
Primer
Templo)
y
la
vara
de
Aarón.
Estos
objetos sagrados desaparecieron después de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor.
Al
igual
que
en
el
Tabernáculo,
el
Kodesh
Hakodashim
(Santo
de
los
Santos)
estaba
separado
por
cortinas,
había
una
sola
Menorá
en
el
Hejal
(Santo),
además
de
una
mesa
para
los
panes
de
la
proposición
y
un
altar
de
los
inciensos;
se
conservaban
también
vasijas
de
oro
que
pertenecieron
al
Templo
de
Salomón
y,
aunque
habían
sido
llevada
a
Babilonia,
fueron
luego
devueltas al Templo de Jerusalén por Ciro.
El
Segundo
Templo
se
diferenciaba
de
su
predecesor
porque
presentaba
árboles
en
su
patio
y
poseía
además
un
área
reservada para los gentiles.
Destrucción del Segundo Templo
En
el
66
d.C.,
la
población
judía
se
rebeló
en
contra
del
Imperio
romano.
Cuatro
años
después,
el
70,
las
legiones
romanas
bajo
las
órdenes
de
Tito
reconquistaron
y
luego
destruyeron
la
mayor
parte
de
Jerusalén
y
el
Segundo
Templo.
El
arco
de
Tito,
levantado
en
Roma
para
conmemorar
la
victoria
de
Tito
en
Judea
representa
los
soldados
romanos
llevándose
la
Menorah
del
Templo. Jerusalén fue arrasada por el Emperador Adriano nuevamente en 135.
La tradición cristiana y el Templo
El
Templo
de
Jerusalén
es,
según
una
tradición
cristiana,
la
expresión
preparatoria
para
el
nuevo
Templo:
Cristo.
Ella
sostiene
que
en
tanto
que
morada
de
Dios
entre
los
hombres,
el
Templo
jerosolimitano
prefigura
la
morada
definitiva
que
se
encarna
en
la
figura
del
Redentor.
La
base
de
esta
noción
tiene
su
principal
referente
en
el
Evangelio:
"el
verbo
se
hizo
carne,
y
puso
su
morada entre nosotros" (San Juan 1, 14).19
A
ello
se
le
suma
la
profecía
de
Jesús
sobre
la
destrucción
del
Templo
ante
sus
discípulos,
admirados
ante
la
belleza
del
Templo de Herodes:
Cuando
salió
Jesús
del
Templo,
y
se
iba,
se
le
acercaron
sus
discípulos
para
mostrarle
los
edificios
del
Templo.
Mas
respondiendo Él les dijo: ¿Veis todo esto? En verdad os digo: no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.
Mateo 24:1-2.20
Pocos
años
después,
en
el
año
70,
el
Templo
fue
destruido
por
los
romanos
bajo
las
órdenes
de
Tito.
Lo
único
que
ha
quedado
son
restos
del
muro
de
la
explanada,
no
del
templo
en
sí.
De
todas
formas
sigue
siendo
desde
entonces
un
"monumento
símbolo" y el sitio de referencia más sagrado para el judaísmo.21
La tradición islámica y el Templo
Aunque
no
sea
una
mezquita
en
el
sentido
estricto
del
término,22
el
Domo
de
la
Roca
es
indudablemente
un
lugar
de
veneración
para
los
musulmanes.
El
edificio
islámico
alberga
la
así
llamada
"Roca
Fundacional",23
cuya
significación
es
de
suma importancia para el credo musulmán.
La
así
llamada
"Roca
Fundacional"
(hebreo:
אבן
השתייה,
Even
Hashetiá;
árabe:
صخرة,
Sajrah),
preservada
en
el
interior
del
Domo de la Roca.
La
Roca
Fundacional
es
reverenciada
por
numerosos
monoteístas
como
el
lugar
donde
Abraham
iba
a
sacrificar
a
su
hijo;24
sobre
dicha
formación
pétrea
se
ubicaba
el
recinto
más
sagrado
del
Templo
de
Salomón;
y
en
ese
mismo
sitio,
siglos
después
de
la
destrucción
del
Templo
y
según
sostiene
la
tradición
islámica,
el
profeta
Mahoma
ascendió
a
los
cielos,
siendo
portado
por
buraq, caballo alado con cabeza humana que allí lo condujo en una "travesía nocturna".25
Presenta
asimismo
la
Roca
Fundacional
una
importante
impronta
que,
según
la
tradición
islámica,
fue
hecha
por
Buraq
al
ascender
a
los
cielos
o,
según
otra
versión
islámica,
el
arcángel
Gabriel
grabó
en
la
Roca
la
mencionada
impronta.
Un
hueco
bajo
la
roca,
sostiene
la
tradición
musulmana,
es
reminiscente
del
turbante
de
Mahoma,
quien,
al
levantarse,
reincorporándose
después de haber orado, se habría golpeado la cabeza con la piedra de no haberse ésta reblandecido instantáneamente.
Considerado
también
santo
por
los
hebreos,26
el
lugar
en
cuestión
es
no
menos
venerado
por
los
musulmanes,
quienes
construyeron
el
Domo
de
la
Roca
para
preservar
dicho
sitio
y
lo
que
el
mismo
involucra,
dado
que
es
sumamente
significativo
desde un punto de vista monoteísta.27
Debido
a
su
valor
histórico
y
simbólico,
la
Cúpula
de
la
Roca
figura
como
una
imagen
constante
y
dominante
en
numerosas
representaciones de la cultura islámica.28
Para
los
musulmanes
incluso
las
gradas
del
Domo
de
la
Roca
poseen
un
valor
simbólico
importante.
Ocho
gradas
que
mueren
bajo
unas
arcadas
conducen
desde
cuatro
lados
hacia
lo
alto
de
la
Cúpula
de
la
Roca;
los
musulmanes
llaman
a
estas
arcadas
"mavazin",
las
balanzas.
Según
una
leyenda
islámica,
el
día
del
Juicio
Final
se
tenderá
una
cerda
de
caballo
desde
las
"balanzas"
al
Monte
de
los
Olivos
y
todos
los
resucitados
deberán
pasar
por
sobre
ella:
quien
haya
cometido
injusticias
caerá
a
la perdición eterna.
Arco de Tito en Roma